Hace unas semanas fui a visitar Colima y unas playas cerca de Michoacan. En Colima unos amigos acaban de abrir la Cervecería de Colima y su primera producción de cerveza artesanal salió la primera semana de agosto, así que había que probarla. Los sabores son intensos y agradables, muy recomendable. A un costado de la fábrica abrieron un Beer Garden, para tomar una bien fría en la sombra.
A unos minutos de la ciudad de Colima se encuentra Comala, un pueblo mágico hecho famoso por Juan Rulfo en Pedro Paramo. En Comala no hay ninguna referencia a este suceso, y es mas bien una ciudad por la que uno podría entrar y salir sin ver nada demasiado sobresaliente. Lo único que nos recomendaron son unos botaneros en los que sirven cervezas acompañadas de botanas (como se acostumbra en España).
Lo bonito de Colima es la naturaleza. Para nuestra poca suerte los volcanes estuvieron cubiertos de nubes todo el tiempo, pero visitamos unas lagunas y ríos en los alrededores.
En el pueblo de Nogueras pueden visitar el Museo Universitario Alejandro Rangel Hidalgo que contiene ilustraciones del artista del mismo nombre así como una colección de cerámica de la región.
En Colima y sus alrededores con dos o tres días de visita deben de tener suficiente.
Las playas de Michoacan son otra historia. Tomas la carretera de Colima a Manzanillo y al llegar a Tecoman tomas la desviación hacia la carretera 200, la costera rumbo a Michoacan. Casi llegando al poblado de El Faro pasas por la playa de Palma Sola. Ese es lugar al que quieres ir. Ahí hay un pequeño hotel con cabañas modestas pero bonitas y limpias, servicio de restaurante y una playa casi virgen y privada. Las vistas son espectaculares, la costa esta formada por un conjunto de playas separadas por pequeñas montañas. El mar esta salpicado de islas. Las olas son fuertes, pero se puede nadar muy a gusto. Nos dijeron que en invierno y semana santa es temporada alta. En agosto el calor era bastante fuerte y éramos prácticamente los únicos turistas.
A un lado de Palma Sola esta Ixtapilla, una playa tranquila en la que tortugas llegan a desovar. La temporada alta para ver tortugas es en octubre y noviembre, pero a nosotros nos tocó ver más de 100 tortugas haciendo sus nidos.
Otra playa que vale la pena visitar es la conocida como La Llorona, por el ruido que hace la arena cuando caminas en ella. Esta es una playa larga (como de un kilometro) con algunas estructuras de roca que la hacen muy atractiva.